Desarrollo del bebé en su primer año de vida

El primer año de vida después del nacimiento ya que antes de nacer el bebé tiene un desarrollo evolutivo que tiene que ver con toda la vivencia prenatal y con lo que capta a través de sus sentidos, pero una vez que el bebé nace lo que encuentra es un ambiente lleno de estímulos, algunos conocidos previamente a través del encuentro con su madre cada día durante la gestación y algunos que son nuevos.

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En sus primeros días va a necesitar todo el contexto del abrazo, del acogimiento, del apego. Esa fuerza que tiene el abrazo de la mamá o el papá, y de todos los integrantes de la familia que están en contacto con ese bebé, hace que vuelva a tener esa sensación de estar dentro de la panza de su mamá.

Es muy importante atender cuando tienen sobresaltos porque en la medida en que podemos contenerlos vamos a generar que este bebé tenga una sensación de bienestar más prolongada.

A veces hay bebés que lloran un poco más. Ningún bebé es muy llorón naturalmente sino que en realidad las vivencias de los primeros días, semanas o meses, son las que van marcando la base de su existencia en este mundo, al que tiene que adaptarse abruptamente.

Ambientes libres de humo para el bebé

Tenemos que ser empáticos con un bebé porque lo primero que le pasa cuando nace es que se tienen que adaptar a respirar: los pulmones, mientras el bebé todavía no nació, están como colapsados y ni bien nace se expanden y empieza ese intercambio gaseoso que involucra la respiración que es vital, porque sin oxígeno no podemos vivir y el oxígeno puede estar en el aire pero tenemos que poder captarlo. Por eso es importante que la habitación del bebé esté ventilada aunque estemos en la estación fría, aunque la calefacción está prendida todo el día: es necesario de vez en cuando abrir las ventanas y permitir que el aire circule, que se renueve.

También es importante que el aire donde está el bebé, donde habita y duerme, no esté contaminado ni por humo de cigarrillos ni otros humos.

Algo que vamos a ver es que muchas veces se llevan las manitos cerca de la cara y empiezan a buscarnos: ese reflejo de búsqueda que tienen los bebés es un reflejo de supervivencia.



El primer mes de vida

En su primer mes de vida hay un caos vinculado a los horarios, a los momentos del día. Muchos quieren armar una rutina y que se acostumbre al día y a la noche y hay días que realmente no funciona y otros que sí. 

La realidad es que en este primer mes hay inestabilidades que son propias de la adaptación de este bebé al nuevo mundo: pensemos que lleva más tiempo de vida intrauterina que afuera, entonces debemos ser compasivos con ellos, porque tienen que adaptarse a muchas cosas juntas.

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Los sonidos

También son nuevos porque hasta acá los sonidos eran escuchados a través de las membranas que cubrían todo su cuerpo alrededor y estaban amortiguados también por el líquido amniótico que hacía que los sonidos fueran un poco más ondulantes. Los sonidos fuera de la panza de su mamá son un poco más secos, entonces pueden generar también cierta incertidumbre. Es normal que tu bebito se ponga estrábico en los primeros meses de vida porque la agudeza visual que sería esta habilidad de poder mirar a largas distancias se consigue más o menos entre el quinto y el séptimo mes. Hasta entonces este bebé lo que va a tener es una visión que gradualmente va a ir ganando distancia con el pasar de los días y los meses.

Otra cosa que iremos notando es que escucha la voz de su madre y abre los ojos más grandes o escucha la voz de un hermanito o hermanita y abre los ojos más grandes: esto significa que encontró un estímulo, que no sabe bien de dónde viene, pero que poco a poco va a ir ganando la posibilidad de mover su cabeza en relación al estímulo auditivo (cerca del mes y medio o dos meses y medio, aunque va a depender ya que cada bebé es diferente y también cada bebé es diferente en relación a cómo nació, en qué semana de gestación, cómo fue ese nacimiento, el desarrollo evolutivo, etc.)

En sus primeros tres meses tenemos un bebito que empieza a tomar nota de todo lo que sucede a su alrededor, que necesita sus estados de contención, de apego y de afecto y de alimentación y descanso, para poder seguir investigando todo lo que lo rodea.

Usando la boca para conocer el mundo que me rodea

En su primer mes, mes y medio, vamos a notar que este bebé consigue llevarse las manos a la boca. No es un movimiento del todo determinante en este primer tiempo, sino que es un poco de casualidad. Empieza a tener esta primera sensación de que esta mano también tiene sensibilidad y empieza a unirlo a su cuerpo, a conocer sus miembros superiores.

Después va a venir el mismo proceso con los miembros inferiores (sus pies), pero los empieza a conocer a través de la boca porque todo lo va a conocer a través de su boca. 

Todo se lo va a llevar a la boca, ya que para un bebé su boca vendría a ser lo que la mano es para un adulto: si yo estoy comprando ropa por ejemplo, la toco y a través de mi tacto recibo un montón de información que me habla de si es suave o áspera, blanda, etc. Esto es lo que el bebé percibe a través de la boca, entonces dejemos que lo haga.

Llevarse las manos a la boca no implica que vaya a chuparse el dedo toda la vida, simplemente es un momento de exploración y en tanto que le demos espacio en algún momento va a dejar de ser algo realmente atractivo y va a pasar a otra cosa.



Los dientes, la baba…

Los dientes aún no van a aparecer visiblemente en la boca, pero sí están modificándose dentro de los maxilares. Cuando un bebé nace tiene la encía muy finita, como si estuviera vacía y es que realmente es eso: el germen dentario está muy muy adentro y muy pequeñito. Poco a poco va creciendo hacia arriba y hacia los costados y va a ensanchar las encías y cerca de los dos meses y medio vamos a tener un bebito que tiene las encías mucho más anchas. Esto coincide con un momento en el que se puede llevar las manos a la boca y va a generar mucho babeo. En esta etapa comenzamos a utilizar los baberos. El bebé no solamente está explorando con sus manos, sino que también se está generando calma mucha. 

Moviendo la cabeza y sonriendo

Luego, de a poco, iremos viendo que este bebé ya maneja el movimiento de su cabeza hacia un lado y hacia el otro, responde a los estímulos auditivos, empieza a seguirnos con la mirada. Si yo me corro del plano, me sigue.

Empieza a entender, a mostrarme su sonrisa como una forma de comunicación. La sonrisa del bebé expresa que está entendiendo lo que está sucediendo a su alrededor, que le está siendo satisfactoria.

Que un bebé sonría no es casualidad, no es un reflejo, sino más bien una forma de comunicación. La sonrisa puede aparecer muy tempranamente y en un bebé recién nacido,  lo que no tiene esa sonrisa es el ida y vuelta de la comunicación, sino que probablemente sea la reminiscencia de un recuerdo muy placentero.

Empezamos a movernos libremente

Cuando está entre los 3 y 6 meses este bebito va a ir ganando mucho tono muscular en su cuerpo: es importante que dejen espacios en la casa para hacer mucho tiempo de piso y movimiento libre. En los posible que sea medianamente acolchado para que no se golpeen y se lastimen.

El tiempo de piso o de movimiento libre es el que va a determinar cómo va a desarrollar esta musculatura, cómo la va a ir tonificando, para conseguir diferentes movimientos como rolar hacia un lado o hacia el otro, mantenerse boca abajo y empezar a hacer palanca y levantar la cabeza y mirar a su alrededor. Todo esto es la preparación física que necesita espontánea y autónoma para después poder sentarse y ponerse en pie y salir como salimos nosotros a la vida caminando y haciendo equilibrio y pudiendo sortear obstáculos.

Todo esto implica que los padres podamos tener la capacidad de no involucrarnos en cosas a donde no nos han llamado, porque muchas veces vemos bebitos que se dan vuelta y quedan con el brazo atrapado y ahí sale la mamá o el papá acomodar el brazo: dejemos que ellos también puedan resolver en esta etapa.

Una vez que ha dominado algunas posiciones seguramente va a poder sentarse. Es importante que no pongan almohadones o cosas que sostengan a un bebé en la posición sentado. Debemos lograr que llegue a estar sentado por sus propios medios y esto se da únicamente ejerciendo esta función del movimiento libre la mayor parte del tiempo posible.

Es importante es que no llore. Si lo hace evidentemente tenemos que buscar otra actividad, pero mientras no llore y podamos estar cerquita (porque tampoco hay que dejarlos solos) lo haremos. 

No hay que dejarlos solos porque sino no hay estímulo para permanecer en esa posición. Acompañarlos en este proceso es la clave y sepamos que realmente tener un hijo desde el tiempo de bebé es una demanda y una entrega enorme, pero es una demanda de la entrega que vale la pena porque poco a poco va a ir mostrando una autonomía que nos va a dar la pauta de que estamos haciendo un buen acompañamiento.

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Iniciamos la alimentación complementaria

Una vez que se sienta ya estamos en el periodo donde empieza la alimentación complementaria, que es esta alimentación que va a tener una forma diferente a la succión. Ya no va a succionar de una tetina o de la teta, sino que va a incorporar alimentos en la parte de adelante de la boca y preferentemente con sus propias manos.

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No es bueno que usen cucharas y tenedores en el inicio, porque necesitan tocar esto que se llevarán a la boca. Cuando exponemos la comida a un bebito que ya se sienta, lo más probable es que con su mano se la lleve a la boca, con curiosidad, como cualquier otro objeto; solo que esto no es un objeto sino que además tiene sabor y textura.

Se va a encontrar con una sensación nueva: puede poner cara de asco, puede ser que la saque para afuera, pero todas estas cosas también tienen que suceder porque si no suceden y yo resuelvo la situación de la comida con una cuchara, evidentemente no estoy dejando que esa motricidad fina y esa adaptación y confianza que tiene que tener en la comida, se desarrolle espontáneamente.

Poco a poco irá incorporando más texturas y sabores, hasta que en algún momento se incorpore finalmente al menú familiar.



Gateando

Luego de dominar la posición de estar sentado, también vamos a ver que empiezan a desplazarse gateando. Esa posición de gateo, que a veces empieza siendo para atrás en vez de para adelante y creemos que algo está mal y nada está mal, sino que en realidad también es un testeo.

Tenemos que saber que cuando empieza el gateo empieza una etapa en donde hay que revisar severamente la casa y ver si hay peligros de los que podemos prescindir, como ser escaleras, enchufes, objetos de adorno de la casa que pudieran romperse y generar un daño mayor al bebé. No es necesario quitar todo pero sí entender que las cosas que son enormemente peligrosas hay que sacarlas del medio, porque en un descuido de un segundo esto puede estar al alcance del bebé y los accidentes son mayormente siempre prevenibles.

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Entonces buscaremos que el espacio esté libre, porque va a querer llegar a todos esos espacios que hasta ahora había alcanzado con su visión pero no con su cuerpo.

Si tienen mascotas ésta es la hora en la que las mascotas y los bebés se empiezan a involucrar mucho más íntimamente. Perseguir una mascota es el entrenamiento más agradable que puede tener un bebé para empezar a desplazarse.

Ya pasó el gateo.. ahora quiero caminar

Una vez que domina plano en el que el bebé gatea, lo que va a empezar es a mirar para arriba y va a mirar para arriba y va a querer llegar al otro plano, al que puede ver cuando está a upa de su mamá, papá o de algún adulto. Entonces primero con las manos va a sostenerse de algo y va a intentar ponerse en pie y cuando lo haga, sus piernitas van a temblar un poco, porque todavía el tono muscular no está como para sostener todo ese cuerpo: ese es un entrenamiento con el que poco a poco va a ir generando un tono muscular y sus piernas van a permitir sostener todo su cuerpo.

No es recomendable empezar a levantar al bebé de los brazos y hacerlo caminar: es importante que esta actividad la pueda hacer en tanto y en cuanto tenga la capacidad de sostener su peso y cada vez va a ir agregando más segunditos y minutos a esa capacidad de sostenerse en dos pies. Una vez que esto ya lo domine, puede sostenerse y detenerse en sus piernas y desplazarse de un lado para el otro agarrado de algo, va a empezar a querer por curiosidad soltarse.

Los adultos podremos ayudar poniéndonos al frente del bebé y diciéndole “vení, vení”, estirando nuestros brazos. Así le estaremos dando confianza con la mirada e iremos logrando que se suelte. Ahí aparecen los primeros pasos que son dignos de felicidad de cualquier familia, esos primeros pasos en donde el bebé camina con las manos hacia arriba como intentando sujetarse de algo que no ve pero que aún así le genera confianza.

Así ya estaremos llegando al final del primer año y en este primer año es posible que ya haya hecho todo esto o quizá algunas menos: lo que sí tenemos que entender y rescatar es que ésta es la secuencia del desarrollo evolutivo a grandes rasgos, es decir que en este primer año de vida, respetar esta secuencia y acompañarla adecuadamente, es el desafío de cada familia.

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